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Editions de la Resonance

EDITIONS DE LA RESONANCE (17-05-2001)

EDITION ELECTRONIQUE : www.RESONANCIAS.ORG [88]



"Roberto Gac, una reencarnación chilena y mestiza del Dante Alighieri"

por Héctor Loaiza.


Tuve el privilegio (el que concede la amistad) de leer, hace más de cinco años, una de las primeras versiones del manuscrito "La Guérison" (La Curación) del escritor chileno, Roberto Gac, Editions de la Différence, París, 2000. En 1978, Roberto Gac (sous le pseudonyme de "Docteur Ralph" référence à Voltaire), publicó un panfleto en francés con un título por demás explícito, "Cinq petits écrivains bourgeois" (Cinco pequeños escritores burgueses), en donde ataca -en un estilo que ya anuncia "La Guérison" y con mucha insolencia- a los "sumos pontífices" de la edición parisina. Entre los más célebres, cuyas famas han trascendido las dos orillas del Sena, citamos a Régis Debray, Jean-Edern Hallier (desaparecido hace algunos años) y sobre todo a Philippe Sollers. Hace un retrato mordaz del ambiente de la Editorial du Seuil : « à cause de ma race araucane, de ma modeste condition d'Indien sud-américain échoué à Paris, j'ai bien voulu reconnaître cette superpuissance intellectuelle que Philippe Sollers s'attribue lui-même, à l'exclusion de tout autre, malgré les protestations -devenues de plus en plus criardes ces derniers temps- de Bernard-Henri Levy, nouveau personnage parvenu au monde de l'édition. Néanmoins, pour être franc, je dois avouer que je fus plutôt agacé, au moment de notre rencontre, 27, rue Jacob, par la lourdeur dont Sollers fit preuve pour me faire sentir que la culture universelle commençait et finissait non seulement en Europe, non seulement à Paris, mais précisément là, où nous étions, c'est-à-dire dans son bureau Tel Quel [nombre de la célebre revista dirigida por Sollers] (…) Croyant que Philippe était sinon un révolutionnaire, au moins un vrai connaisseur de la littérature moderne, je voulus discuter avec lui de l'influence néfaste de Roland Barthes sur les dernières générations d'écrivains français. Et en toute naïveté, je lui fis part de mes appréhensions sur l'objectif final de textes aussi nuls que - par exemple - le Degré zéro de l'écriture, où le « penseur » bordelais opère un travestissement sournois des données essentielles du marxisme (…). Cette fois Philippe, qui s'était couché sur son bureau, péta bruyamment… »


Lo interesante de esta aserción (y no de la anecdótica ventosidad de Philippe Sollers) consiste en el hecho de que el llamado "estructuralismo literario" o "nueva crítica" cuyo gran mentor fue Roland Barthes, ejerció desde los años sesenta hasta los ochenta una influencia casi "castradora" en la creatividad de los escritores franceses. No por las razones ideológicas esgrimidas por Roberto Gac, sino porque el estructuralismo fue un intento demasiado racionalista, usando del freudo-marxismo, para dar en vano la estocada final a la literatura de ficción y reemplazarla por el comentario de textos. Como lo escribió con brillo el cineasta y escritor argentino Edgardo Cozarinsky, en su artículo "Severo Sarduy: prisionero de Saint-Germain-des-Près" (publicado en La Nación de Buenos Aires, en enero de 2000 y en francés en Résonances, n° 4, mayo-agosto 2000): “La empresa anti-individualista, antihumanista, antiliteraria de Tel Quel no dejó víctimas en el campo de batalla intelectual parisién: signo tal vez, de que en el fondo nadie nunca lo tomó en serio. En la segunda mitad de los años setenta, sobre las ruinas de la aventura teórica parisiense, empezó a reeditarse, por ejemplo, a Jane Austen, a Arthur Schnitzler; pronto se llegó a Edith Wharton, a Leo Perutz, a Mario Praz. Fue como si una ventana se abriese súbitamente en una pieza asfixiada por humo y vahos largo tiempo encerrados. No es casual que la vuelta a la literatura, en una Francia donde la capacidad de ficción, debilitada, amenazaba con agotarse, haya estado signada en gran parte por la reaparición de autores traducidos mucho antes. Sus obras agotadas desde hacía tiempo, formaban parte del fondo de catálogos editoriales, semiolvidadas por un público que, sin embargo, no se resignaba a la «productividad textual».”


Hay que ser mestizo como Roberto Gac, de haber heredado la insolencia del araucano y la picaresca española, para osar escribir una novela como La Guérison. En la revista Valeurs Actuelles, del 24/11/01, el crítico Jean Védrines ha escrito: "En el linaje del Pierre Menard autor del Quijote de Borges, el autor renueva el gesto de Cervantes parodiando el Amadis de Gaula: puede ser que la novela francesa que tiene necesidad de un nuevo soplo, de libertad, de atrevimiento, se agrande con esta resurrección magnífica y alegre del Dante."


En la novela hay dos anécdotas. La primera, un médico chileno, se enamora de la hija del patrón de una multinacional, que se llama Beatriz (como la del Dante). Ella lo lleva a los EE. UU. para que el mestizo chileno conozca La Meca de la riqueza y de los negocios planetarios. Stéphane Bouquet en el diario Libération de París, del 7/11/00 señala: "La Guérison est une farce, une charge virulente -au nom de la beauté ancienne- contre la société contemporaine. «La civilisation européenne deviendra ainsi le rempart le plus sûr contre la cruelle barbarie de la Société des hommes célestes [quelque part vers Los Angeles, probablement] qui -ayant volé nos connaissances (…)- se retournent maintenant contre nous pour nous imposer la laideur atroce de leur violence (…). Oui (trois fois oui!) plus que jamais nous devons mettre en avant la riche variété de nos cultures polyglottes pour faire échec aux tentatives hégémoniques, réductrices et apauvrissantes de la Langue céleste» dans laquelle on aura reconnu l'anglais…"


La otra historia: el mestizo chileno, considerándose la reencarnación del autor de la Divina Comedia, recrea la vida florentina de los siglos XII y XIII con una visión de nuestro tiempo y con mucho humor. En la revista Le Temps, del 19/VIII/00, Jean-Charles Gateau, precisa: "à sa façon, c'est-à-dire en prenant le contre-pied de toutes les biographies académiques, en appelant un chat un chat, en ressuscitant toute la vie florentine et italienne de l'époque, son panache, son hédonisme, sa brutalité, ses violences, ses trahisons, ses proscriptions, ses batailles meurtrières entre Guelfes et Gibelins. Dieu sait ce qu'en penseront les dantologues."


La reencarnación mestiza del bardo florentino en realidad es una nueva versión del "pícaro" de la literatura española, por la descripción lúbrica y divertida de las relaciones del Dante con las mujeres y, sobre todo, con su hija. Yvan Gattegno de la revista Inrockuptibles escribe: "Le tout prend la forme d'une logorrhée frénétique, comme pour mieux restituer l'ampleur de la confusion qui s'empare du médecin halluciné. On l'aura compris, La Guérison est un texte du deuil, une tentative délirante de déprise amoureuse, forgé dans une langue baroque. Et, par-delà, ses méandres narratifs, c'est avant tout le dispositif qui retient l'attention du lecteur : le télescopage des langues (…) et des époques, comme pour mieux illustrer l'idée d'une littérature multilingue, d'un texte qui fuirait de toutes parties, à l'image de la schizophrénie hagarde du narrateur."


Roberto Gac al escribir, corregir y volver a escribir durante largos años la novela se ha curado de su neurosis, ha salido de su "infierno dantesco" para llegar al purgatorio de ver su obra editada. Ahora le toca soportar con calma de araucano a críticos tan "inteligentes" como Yvan Gattegno. FIN

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