El protagonista -Fausto enloquecido por su “buena educación”- es internado en un hospital psiquiátrico donde será tratado por el Doctor M., en quien ve  o sospecha a Mefistófeles. Tras relatarle su travesía de la enseñanza religiosa, de las Humanidades, de la Escuela  Militar y de la Escuela de Medicina, le describe su psicoanális y luego su pasada por la Escuela de Filosofía, así como su amor por Maggie, voluptuosa enfermera que le enseñará los secretos de la pasión carnal. Mientras tanto, bajo la mirada escéptica de Wagner, el Interno encargado de vigilar su tratamiento, va escribiendo un diario en el cual expone los fundamentos de su  invento fáustico,  un nuevo género literario destinado a reemplazar a la novela : el “intertexto”.

La Sociedad de los Hombres  Celestes es un Fausto que se inscribe en la larga lista de Faustos escritos entre 1583 (La Leyenda de Fausto) y los textos más actuales, entre ellos los de T. Mann y de Paul Valéry, pasando por  los de Christopher Marlowe, Goethe, Lenau, etc. El eje del relato es la búsqueda universal  y fáustica del conocimiento y del placer, que comienza ya en la infancia de todo ser humano.  En el caso del protagonista de este Fausto latinoamericano, la búsqueda se inicia en el Kindergarten y continúa a través del colegio religioso, de las Humanidades, de la Escuela Militar, de la Escuela de Medicina, de la Escuela de Filosofía, paralelamente al aprendizaje del amor con las numerosas y volubles  Margaritas que cruzan su existencia. El resultado de tan «  buena educación » es la paranoia del héroe, quien se cree perseguido por una secta -la Sociedad de los Hombres Celestes- a la cual pretende denunciar  mediante un libro de un nuevo género narrativo, el “intertexto”.